Como líder, es importante que sepas cómo manejar a diferentes tipos de empleados, incluyendo aquellos que pueden ser un poco más difíciles de tratar. A continuación, se presentan algunas estrategias generales para manejar a cada tipo de empleado:
El encasillado: este empleado puede sentir que está siendo subutilizado o que no se le está dando la oportunidad de demostrar su verdadero potencial. Como líder, es importante que hables con él y descubras sus intereses y habilidades. Trata de asignarle proyectos que lo desafíen y le permitan crecer profesionalmente.
El que pasa inadvertido: este tipo de empleado puede ser tímido o introvertido. Como líder, debes asegurarte de que este empleado tenga las mismas oportunidades que los demás y que se sienta cómodo para expresarse. Programa reuniones individuales para conocer mejor a este empleado y descubre qué puede motivarlo.
El difícil: este tipo de empleado puede ser crítico, desafiante o simplemente difícil de trabajar. Como líder, es importante que mantengas la calma y trates de entender cuál es su problema. Sé claro y directo en tus expectativas y en tus comentarios, pero mantén una actitud respetuosa.
El indisciplinado: este tipo de empleado puede ser difícil de manejar si no sigue las políticas y los procedimientos establecidos. Como líder, debes establecer reglas claras y consecuencias claras si esas reglas no se siguen. Trata de entender por qué este empleado no sigue las reglas y descubre si hay algo que puedas hacer para ayudarlo.
El quejumbroso: este tipo de empleado puede quejarse constantemente y afectar el ambiente de trabajo. Como líder, es importante que escuches sus quejas y las abordes de manera respetuosa y constructiva. También es importante que señales el impacto que esto tiene en el equipo y en la productividad. Anima a este empleado a ofrecer soluciones en lugar de solo quejarse.
El que se deja explotar: este tipo de empleado puede trabajar horas extras sin quejarse y puede que no pida un aumento de sueldo. Como líder, debes asegurarte de que este empleado no se sienta explotado y que reciba un salario justo y beneficios. También es importante que alientes a este empleado a establecer límites saludables para evitar el agotamiento y el estrés.
El desorientado: este tipo de empleado puede tener dificultades para entender lo que se espera de él. Como líder, es importante que seas claro en tus expectativas y que ofrezcas orientación y apoyo adicional. Establece metas claras y objetivos específicos, y brinda retroalimentación regular para asegurarte de que este empleado esté en el camino correcto.
El desconfiado: este tipo de empleado puede ser escéptico y cuestionar las decisiones del liderazgo. Como líder, es importante que escuches sus preocupaciones y que ofrezcas explicaciones claras y transparentes. También es importante que construyas una relación de confianza con este empleado y que lo involucres en la toma de decisiones siempre que sea posible.
El que se cree la víctima: Es importante escuchar sus preocupaciones y ofrecer soluciones prácticas y realistas para ayudarlo a salir de su perspectiva de víctima.
El ensimismado: Puede ser útil establecer metas y objetivos claros, y fomentar un ambiente de colaboración y comunicación abierta para ayudar a este tipo de empleado a involucrarse más en su trabajo y en la organización.