¿Sabías que el 52% de los currículums de profesionales mayores de 55 años son descartados de forma automática?
El mercado laboral es duro:
- Solo 0,5% de vacantes están dirigidas a personas de 55 años o más.
- Apenas 6,1% de vacantes son para personas de 45 a 54 años.
Esto significa que, de cada 100 ofertas, solo 6 aplican para ti si estás en ese rango. Y lo más preocupante: 7 de cada 10 reclutadores no han contratado a ningún profesional mayor de 55 años en el último año (dato de Adecco).
Pero esto NO significa que sea imposible.
Lo que sí implica es que tendrás que romper los prejuicios y aprender a vender tu valor de manera estratégica.
Los 4 grandes mitos que deberás derribar en las entrevistas
1️⃣ “No puedes adaptarte a la tecnología o al cambio”
✔️ Solución: demuestra dominio de software, cursos recientes, perfiles activos en redes (sobre todo LinkedIn).
2️⃣ “No puedes adaptarte a equipos jóvenes”
✔️ Solución: comparte experiencias con jefes más jóvenes o equipos diversos. Usa historias concretas.
3️⃣ “Pedirás reposos o se te olvidarán las cosas”
✔️ Solución: habla de tu estilo de vida activo, deportes, hobbies o formación continua que muestran vitalidad.
4️⃣ “Exigirás una remuneración demasiado alta”
✔️ Solución: explica que tu motivación no es solo el salario, sino el aporte y estabilidad.
Antes de la entrevista: cómo preparar tu perfil
- CV breve y enfocado en los últimos 10 años.
- Resalta cursos, certificaciones y hobbies activos.
- Alinea tus competencias con lo que pide el perfil.
- Domina LinkedIn para acceder al mercado oculto de empleo.
- Proyecta actitud positiva: quejarte solo genera rechazo.
Nota final: La edad no es el único reto
La dificultad aumenta también según:
- El sector (rotación baja o alta).
- El nivel del puesto (directivos tienen solo 3% de vacantes).
- El área (Ingeniería y Comercial son más demandadas; Legal y Diseño, menos).
- El acceso al mercado oculto de empleo (solo 20-25% de ofertas se publican).
La clave está en derribar prejuicios, mostrarte activo y vender tu experiencia como una ventaja competitiva, no como una carga.
